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¿Cuán fuerte es tu fe?


"La fe es la garantía de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve. Por ella nuestros antepasados fueron considerados dignos de aprobación.
Por fe obedeció Abrahán a la llamada de salir hacia el país que habría de recibir en herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por fe se trasladó como forastero al país que le habían prometido y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa. Porque esperaba la ciudad construida sobre cimientos cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Por fe también Sara, aun pasada la edad, recibió vigor para concebir, porque pensó que era fiel el que lo prometía. Así, de uno solo, y ya cercano a la muerte, nació una multitud como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Con esa fe murieron todos esos sin haber recibido lo prometido, aunque viéndolo y saludándolo de lejos y confesándose peregrinos y forasteros en la tierra.
Quienes así razonan demuestran que están buscando una patria. Pero si hubieran sentido nostalgia de la que abandonaron, podrían haber vuelto allá. Por el contrario, aspiraban a una mejor, es decir, a la patria celestial. Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios, porque les había preparado una ciudad.
Por fe, Abrahán, cuando Dios lo puso a prueba, tomó a Isaac, para ofrecerlo en sacrificio. Ofreció a su hijo único, el que era la garantía de la promesa, eso que le habían dicho: Isaac continuará tu descendencia; pero pensó que Dios tiene poder para resucitar de la muerte. Y así lo recobró como un símbolo."

Hebreros 11, 1 – 2 . 8 – 19 (Biblia de Nuestro Pueblo)


La fe es la garantía de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve


La fe posee ya, por anticipado, esa realidad del encuentro definitivo con el Señor que se perfila como el horizonte último de la historia y que da sentido al tiempo presente.

Cuántos relatos de fe, cuantos ejemplos, nos comparte el apóstol San Pablo en esta carta a los hebreos. Yo no sé tú que me lees, pero yo me pregunto ¿Cómo pudieron aquellos hombres y aquellas mujeres hacer lo que hicieron, mantenerse firmes, luchar contra corriente y sin tregua en el mundo hostil en que les tocó vivir? Y tenemos ahí mismo la respuesta, "por la fe", asegura Pablo, pero cuánto nos cuesta asimilarla, cuánto nos cuesta confiar, cuánto nos cuesta tener esa misma fe.

¿Acaso nosotros estamos viviendo tiempos peores, acaso tenemos peores problemas que aquellos hombres y mujeres? Dios da en la justa medida a cada quien porque Dios busca transformarnos, Dios busca nuestra fe, entonces tenemos cada uno nuestro propio límite, ¿tu conoce el tuyo?

¿Cómo está tu fe? ¿Cuán fuerte es tu fe?

Quiero analizar contigo el primer versículo de esta cita.

"La fe es la garantía de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve." 

Un garantía es algo que provee seguridad. Entonces la fe es la seguridad de eso que estamos esperando. La fe es una prueba de eso que no podemos ver pero que sabemos con total seguridad de que lo vamos a obtener.

Quiero despedir este análisis y reflexión con un llamado a tu corazón, cuando sientas tu fe desfallecer, cuando esté débil, quebrada, y quizás hasta inexistente, recurre a Jesús Eucaristía, porque allí todas nuestras fuerzas son renovadas, es en Jesús que recibimos el sustento que necesitamos.

Dios te bendiga.

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