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Relación entre la riqueza y la felicidad

Y les dijo:
¡Estén atentos y cuídense de cualquier codicia, que, por más rico que uno sea, la vida no depende de los bienes!
No anden buscando qué comer o qué beber; no se angustien. Todo eso son cosas que busca la gente del mundo. En cuanto a ustedes el Padre sabe que las necesitan.
Basta que busquen su reino y lo demás lo recibirán por añadidura.
Lucas 12, 15 ž 29 - 31
La Biblia de Nuestro Pueblo

Esta cita nos llama a la búsqueda del reinado de Dios como presupuesto único y fundamental para la vivencia de unas relaciones justas y para experimentar y gozar del valor principal de todos los hombres y mujeres: el don de la vida.

Muchas veces asociamos la salvación, la vida plena, con la posesión de bienes y creemos que mientras más cosas tengamos seremos más felices. Jesús nos recuerda que no hay una relación directa entre posesiones y felicidad, y que si la hay hemos de entenderla a la inversa de cómo generalmente lo hacemos. Tenemos que salir de la lógica de la acumulación, para entrar en la lógica de la generosidad y del reino. Hemos de salir de las seguridades que nos brindan las riquezas para entrar en una relación que se basa en la confianza. Hemos de salir de la obsesión con los intereses personales para entrar en una mayor preocupación por el bien común. Lo demás nos lleva al vacío existencial, a la depresión y al miedo; en fin, al sin sentido y la desesperación.

Basta que busquen su reino y lo demás lo recibirán por añadidura. Deja a un lado esas ataduras materiales y mundanas que te atan y te están separando del amor de Dios. Todas esas cosas no son más que obstáculos para ese acercamiento con Él, obstáculos para el espacio que Él necesita ocupar en tu corazón para con Su infinito amor darte lo que necesitas. Preocúpate más bien por el reino de Dios y lo demás déjalo en sus manos que Él hará Su obra en tu favor; si nuestros padres imperfectos nos dan cosas buenas y cuidan de nosotros, ¡cuánto más nos dará nuestro Padre perfecto que nos creó! (cf. Mt 7, 11).

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